15 de julio de 2014

El frente amplio por la paz

Por Alejo Vargas Velásquez

Profesor Titular Universidad Nacional

Para la segunda vuelta de la elección presidencial se conformó por algunos sectores políticos y sociales, así como por algunas personalidades, lo que se denominó el Frente Amplio por la Paz que pretendía no solamente apoyar la reelección del Presidente Santos, sino fundamentalmente darle un apoyo social y político al proceso de conversaciones con la insurgencia guerrillera, para llegar a la terminación del conflicto interno armado.



Pues bien, esa tarea sigue pendiente. Si bien se logró parte del objetivo que fue canalizar apoyos electorales para la reelección del Presidente Santos, en la medida en que esto garantizaría la continuidad de los procesos de conversaciones con la insurgencia guerrillera, se requiere seguir acompañando políticamente el proceso de conversaciones y continuar vigilantes, incluso para ejercer presiones positivas sobre las dos partes y lograr que el avance de las conversaciones sea el adecuado, pero adicionalmente porque se necesita adelantar una amplia tarea pedagógica que permita que millones de colombianos mal informados, o peor aún desinformados, entiendan la importancia de las conversaciones en curso y de los acuerdos a que se llegue, no solo para terminar la confrontación armada, sino para avanzar en la construcción de paz como tarea colectiva.

Y dentro de esa tarea no se puede olvidar que los Acuerdos a que se llegue entre el Gobierno y las insurgencias, deben ser refrendados por todos los colombianos a través del mecanismo de participación que la Mesa de Conversaciones acuerde y para que el resultado sea positivo se va necesitar de una opinión pública bien informada al respecto.

Lo anterior hace necesario que el Frente Amplio por la Paz no solo se mantenga sino que se fortalezca y sea uno de los líderes de esta tarea, lo cual plantea algunos interrogantes acerca de la naturaleza del mismo y su composición.

Con todo el respeto por las opiniones diferentes me parece que el Frente Amplio por la Paz no puede concebirse como un frente de fuerzas políticas de izquierda, ni como la posibilidad para propiciar una unidad de las izquierdas –si llegare a dar como resultado eso, pues bienvenido-, debe ser un frente que convoque a todos los sectores de la sociedad amigos de la salida política al conflicto interno armado, por lo tanto allí deben ser convocados, además de las fuerzas sociales y políticas de la izquierda, a líderes políticos y sociales de los distintos partidos y movimientos (liberales, conservadores, del Partido de la U, de Cambio Radical, líderes sociales, académicos) o a los que no tienen una militancia definida. Debe ser una convocatoria multicolor, si se quiere plurisocial, con un único y fundamental objetivo: el acompañamiento y apoyo al proceso de conversaciones entre el Gobierno Nacional y las FARC y a un necesario proceso con el ELN.

Debe convertirse en una fuerza social y política que congregue a todos los colombianos que apoyamos la salida política y negociada al conflicto interno armado que está liderando el Gobierno Nacional y en esa medida buscar garantizar que este esfuerzo de la sociedad colombiana por terminar este largo ciclo de violencia política llegue a su final.

Ahora bien, eso no significa que haya que clausurar el necesario debate acerca de qué se entiende y se espera de un proceso de terminación del conflicto interno armado y de la posterior construcción de paz, no. Ese debate es saludable y necesario que se siga dando en los ámbitos académicos, políticos y de los medios de comunicación, pero eso no puede desviar ni dividir al Frente Amplio por la Paz de su principal objetivo.

Estoy convencido que la sensatez de los dirigentes que convocaron este Frente Amplio por la Paz les permita valorar la importancia del mismo y en esa medida convertirlo en un eje articulador de los apoyos al proceso de conversaciones de La Habana y al próximo proceso con el ELN, sin pretender por supuesto la monopolización de una tarea que debe convocar a la sociedad en su conjunto, pero sí en un claro dinamizador de ese apoyo.

Los que estamos jugados por apoyar la terminación concertada de este largo conflicto interno armado, tenemos una tarea pendiente a desarrollar y por lo tanto no podemos creer que con la sola reelección presidencial terminó la misma. No, esa labor apenas está comenzando y hay un gran trabajo de pedagogía por la paz que debemos adelantar.

P.D. Va siendo hora que el Gobierno y el ELN le pongan ritmo a los contactos preliminares para que lleguen pronto a un Acuerdo de formalización de las conversaciones para cerrar el conflicto armado.

Tomado de olapolitica.com

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