16 de julio de 2014

La sociedad del pos-consumo y el papel de los intelectuales




En mayo de 1984 Derrida fue invitado a Japón en un momento de especial interés por el pensamiento del francés. Le fue preparada una entrevista con los dos pensadores japoneses más vinculados a la recepción de su pensamiento en este país, Karatani Kojin y Asada Akira, y fue publicada en la sección cultural de la edición vespertina del Asahi. La entrevista ha sido frecuentemente citada por la crítica especializada, pero aún no ha sido traducida. Aquí ofrecemos la primera traducción completa del texto original.



La figura de Derrida había sido decisiva en el desarrollo del pensamiento japonés contemporáneo, caracterizado por el giro de interés que se opera desde el existencialismo alemán al pensamiento francés: estructuralismo y pos-estructuralismo, representado típicamente por el cambio de referencia de Heidegger a Derrida.

Por parte europea, en la era pos-estructuralista y especialmente en el caso de Foucault y Derrida, Japón se convierte en una referencia del Otro en al menos parte de su obra, a la vez que ambos filósofos se incorporan como referencias incontestables en las nuevas generaciones de filósofos japoneses. En el de Derrida, en textos como De la gramatología o Marges de la philosophie (Blocker/ Starling, 167, 171-72), Japón aparece como una alternativa al logocentrismo europeo.

La obra de Derrida ha inspirado diversas respuestas en los críticos japoneses de la era pos-moderna respecto a la aplicabilidad o inaplicabilidad del programa de deconstrucción en Japón, en críticos y filósofos como Hasumi Shigehiko, Karatani,Nakazawa Shinichi y Asada.

En 1983 Asada Akira publica Kozo to chikara (Estructura y poder), obra que consiste en una presentación sistemática de los autores franceses conocidos como pos-estructuralistas (Foucault, Guattari,Deleuze, Derrida). A consecuencia del éxito de este ensayo, que se convirtió en un best-seller filosófico, se produjo un boom de traducciones de autores franceses (Barthes, Foucault,Derrida, Lacan, Kristeva), a veces vía USA.

Ello creó un clima editorial que está detrás del hecho de que Asada fuera invitado a participar en este histórico encuentro con Derrida. Al respecto, Derrida comenta en la entrevista que el consumo del libro de Asada demuestra que la deconstrucción es necesaria en el Japón contemporáneo.

En el debate con Derrida, Karatani sostiene que los factores de auto-disolución que operan permanentemente en la propia historia intelectual han imposibilitado la construcción de la gran narrativa al estilo europeo.Afirmación conclusiva ésta que llama la atención del filósofo europeo, quien la cuestiona a continuación.

La paradoja que asombra a los autores japoneses que han recogido el testigo de Foucault y Derrida, es cómo en un mercado como el japonés el consumo va más allá de la relación económica entre oferta y demanda, consumidor-sujeto y objeto-de-consumo, y se extiende al propio discurso crítico, i. e. convierte al intelectual en autor de libros-consumibles.

El mercado demuestra así su tremendo poder fagocitador, amenazando con convertir en inocua la misma tarea crítica. Éste es el tema que centra la conversación.Derrida alerta a sus colegas japoneses de los riesgos de un excesivo pesimismo y aboga por el concepto de chance, i. e. las fisuras o los espacios liminales por donde la realidad desborda los esquemas del mundo organizado.Derrida concluye presentando como ejemplo de ello el mismo encuentro entre estos tres intelectuales, donde se produce un clinamen u ocasión no-planificada de ejercer libremente la reflexión, i. e. la deconstrucción.

Sirva esta traducción como pequeño homenaje póstumo.

Alfonso J. Falero Folgoso

ASADA: Es un hecho que el francés, inglés y japonés ya tienen una amplia cobertura, y en esta ocasión vamos a poner en práctica un debate multilingüístico al estilo de Joyce.

DERRIDA: Me parece de muy buen gusto.

A: Voy directamente al tema, ¿qué piensa del boom de la deconstrucción en USA, y cuál es la diferencia con la situación en Francia?

KARATANI: Además tenemos el problema de la deconstrucción en Japón. Me ha sorprendido enormemente a mi regreso a Japón esta primavera, encontrarme con que el libro de Asada sobre la deconstrucción entre otras cuestiones, se vende por decenas e incluso por centenas de miles de copias. ¿Cómo se puede explicar todo este fenómeno? [risas]

A:Vamos a pensar en términos de Francia, USA y Japón. En Francia aún pervive una sociedad intelectual del viejo tipo. Por su parte, en USA, el academicismo sistematizado y profesionalizado lo impregna prácticamente todo.

 DERRIDA: Así es, la vida intelectual está absorbida por las universidades.

 A: Ese sistema ha incorporado la deconstrucción, y lo despliega en sus curricula. Finalmente, en Japón la sociedad intelectual y el academicismo no son más que modas, y por contra los mass-media están alcanzando un desarrollo sorprendente.


K: Es decir que la teoría de Derrida se está consumiendo en el mercado.


A: En esta triple situación la asimilación de la deconstrucción toma formas distintas. ¿Qué piensa de esto?

DERRIDA: Ciertamente, debemos considerar estos tres tipos de situación que Asada ha propuesto. Estoy al tanto de la situación creada en Francia y USA, pero no tengo conocimiento de la situación creada en Japón, y ahora la conozco por lo que acaba de exponer. Sin embargo, no siendo más que un fenómeno intelectual, su comprensión nos obliga a comenzar por el examen de sus contenidos.Más aún, añadiré que los términos que se utilizan en el análisis sociológico, se basen en la escuela marxista, en la weberiana o en cualquier otra, en la medida en que se trata de conceptos, se deben convertir en objeto de deconstrucción, y además, en la medida en que están incorporados al sistema académico, tienen evidentemente que convertirse en objeto de deconstrucción. En este punto quiero indicar el límite del análisis sociológico.

A: Entiendo.

DERRIDA: Y respecto a los contenidos, en Francia existe una tradición filosófica formada en manos de los círculos literarios y la universidad.Aquí se adoptan líneas de pensamiento extranjero como la filosofía de Heidegger o el psicoanálisis. Si no se someten a examen, no se puede explicar la situación intelectual. Respecto a USA, la difusión de la deconstrucción está en relación con la crisis del academicismo, por ejemplo la situación de precariedad en Boston. Los jóvenes investigadores han introducido la deconstrucción como una brecha, cosa que hemos de tener en cuenta, pero también es preciso considerar el contenido de la tradición intelectual. En este sentido, se puede mencionar el hecho de que es una tradición con fuerte contenido religioso. En USA se está dando una fuerte reacción contra la deconstrucción por parte de los círculos asociados a la religión. Esto es algo natural, pero lo que resulta interesante es que en círculos internos de la teología se esté dando un movimiento hacia la deconstrucción.Están llevando a cabo una apropiación de los instrumentos críticos de la deconstrucción, y están atacando a las facciones de la teología asociada a la filosofía tradicional. De este modo, salen a la luz aspectos del mensaje de los Evangelios hasta ahora encubiertos. Además la deconstrucción ha acabado por aparecer en Newsweek o el Wall Street Journal. Incluso en Europa, la incorporación de la deconstrucción es el resultado de una importación inversa desde USA. Esto se debe aplicar también en algún grado a Japón.

K: Cuando consideramos la incorporación de la deconstrucción en USA, encontramos que hay una reacción por parte del pragmatismo. Al examinar Consecuencias del pragmatismo de R.Rorty, aparece aproximadamente un mismo punto de llegada por la vía de la crítica de Derrida a la fenomenología y al estructuralismo, y de la crítica de Wittgenstein a la filosofía analítica, pero al pensarlo de nuevo, esto sirve de premisa a todo el pragmatismo americano, tal como escribe. Se trata de una forma de nacionalismo.

DERRIDA: Así es.Rorty, en nombre de la tradición americana de Dewey y James, ejerce la resistencia contra la hegemonía de la filosofía analítica anglosajona, y a la vez mantiene una postura receptiva respecto a las corrientes principales que llegan del continente, la filosofía de Heidegger o la deconstrucción. Si entendemos la deconstrucción en ese sentido, eso conlleva una gran confusión, y personalmente lo lamento, pues creo que en el pragmatismo no se da ni un leve reflejo de lo que es la deconstrucción. La incorporación de la deconstrucción está vinculada al resurgimiento del nacionalismo americano. Esto no se limita a la filosofía, sino que también se aplica a la literatura.En críticos como H.Bloom se ve un retorno a la literatura americana y a la tradición crítica. Se trata de una situación muy compleja.

K: Entiendo.Visto desde Europa, USA tiene como punto común con Japón, el que éste es el Extremo Oriente y aquél el Far West.El pragamatismo aparece en ese contexto como una crítica al eurocentrismo. Entonces, ¿qué ocurre en Japón? Yo no tengo una visión distinta a la de Derrida, pero la gran dificultad de aplicar la deconstrucción a Japón es que no hay construcción, y por tanto cómo es posible aplicar la deconstrucción en un lugar donde no hay construcción. Sin embargo, una propuesta del tipo del pragmatismo de Rorty existe en Japón como una tradición mucho más conspicua, y por tanto fácil de echar raíces aquí.

A:Una actitud propia del pensamiento tradicional que desprecia los sistemas anquilosados, y propone introducir un elemento de flexibilidad y juego [tawamure].

K: En efecto. Por ejemplo tenemos el caso de la crítica de Motoori Norinaga [1730-1801]. Norinaga llama mentalidad china [Kara-gokoro] bien sea al confucianismo o al budismo, es decir aquel modo de pensar que valora la formulación de un sistema coherente. O sea un tipo de sistema centrado alrededor del logos, y usa la expresión mentalidad de Yamato [Yamato-gokoro] referida a un modo emancipado de ese anquilosamiento. Esto es al mismo tiempo feminismo, y cuando critica la mentalidad china como ideología patriarcal, le opone el estilo femenino [taoyame-buri] de Yamato. Este tipo de crítica es de hecho exhaustiva. Sin embargo …

DERRIDA: Permítame decirle algo. Ciertamente la deconstrucción también toma como objeto la hegemonía del falocentrismo referente a la diferencia sexual, y llega a hacer la crítica de falocentrismo=logocentrismo. De hecho, se está llevando a cabo en el nombre de la rebeldía de la feminidad. Sin embargo, eso no es un simple feminismo.Pues el feminismo no puede ser otra cosa que la inversión del falocentrismo.

K: Por supuesto eso es así, el feminismo a que he hecho referencia tampoco tiene nada que ver con el movimiento feminista actual. De todos modos, el estilo de pensar de Norinaga tiene unas raíces profundas. A nivel teórico repudia la construcción de un sistema, e igualmente a nivel literario, parte de la premisa de que la literatura japonesa es de la mujer, la mujer es la principal artífice de la escritura, e incluso los autores desarrollan un estilo femenino [risas]. Debido a la existencia de una tradición de este tipo, es fácil entender que se dé una crítica al logocentrismo. Los norteamericanos tienen el pragmatismo, pero USA como mínimo es parte de Occidente, y nosotros (japoneses) en cualquier caso somos más viejos [risas], y hacemos las cosas con más sencillez. Por supuesto, en Japón se ha desarrollado la occidentalización y la modernidad, y la crítica a ese aspecto es necesaria, pero no basta con una crítica puramente negativa. También en la preguerra se desarrolló un discurso posmoderno (la superación de la modernidad) [kindai no chokoku] frente a la modernidad occidental, y su resultado fue el fascismo. En este punto, más bien hemos de revertir hacia una mayor constructividad. A la vez constructivo y deconstructivo. Por tanto, se debe adoptar una postura vigilante frente a una excesiva superficialidad de la deconstrucción.

DERRIDA: A la vez constructivo y deconstructivo. Esto no se refiere exclusivamente a Japón, también tenemos lo mismo en Francia. La deconstrucción en cuanto no puede convertirse en un sistema de verdad universal no es idéntica, esto es lo que implica la propia deconstrucción. Se dan en la historia diversos tipos de deconstrucción según la diversidad de circunstancias sociales e históricas. O bien, deberemos decir que no se puede dar sino en la multiplicidad.

K: Si se está en USA no es necesario pensar esto. En relación a ello, si preguntamos qué es lo que se piensa, encontramos un problema común, tanto en Francia como en Japón, es decir, el poder que impregna a cualquier tipo de cultura es la verdadera cuestión. Partiendo del problema derridiano, al sustraer el «juego de los textos» que depende del contexto francés, el resultado ¿no se aproxima acaso en gran medida al problema de la matemática gödeliana? Además, ¿no hay que pensar también el problema del capitalismo en relación a esto?

DERRIDA: Karatani se ha referido al problema de Japón, pero he de matizar dos cuestiones.Dice que al no darse construcción en Japón, la deconstrucción es demasiado superficial. Ésta es la cuestión. En primer lugar, no creo que el Japón actual se pueda resolver de un modo tan simple. Por ejemplo, el Japón contemporáneo no se ha construido a partir de una única tradición, sino que se debe dar una síntesis en tanto que también ha echado raíces profundas el modelo occidental. Si nos referimos exclusivamente al plano filosófico, en la universidad se enseña tradicionalmente filosofía occidental. La deconstrucción ¿no tiene acaso una funcionalidad respecto a eso? En segundo lugar, la deconstrucción en Japón ¿es realmente tan superficial? Persiste la cuestión de si se puede llegar a decir que la deconstrucción es un elemento directamente incluido en el estilo del pensar japonés. Ciertamente, es habitual que los japoneses me digan que el pensamiento japonés, el zen de Dogen [1200-1253], este tipo de cosas ya pertenecen a la deconstrucción. Sin embargo, si eso fuera así, por ejemplo por qué el libro de Asada ha recibido una respuesta tan desmesurada. Si se trata de que simplemente ha repetido unos elementos deconstructivos que ya se daban en el pensamiento tradicional japonés, no se explica una recepción de tal magnitud en la actualidad.


A: Se han planteado tal cantidad de problemas, que parece en este punto necesitarse un poco de construcción [risas]. Si desarrollo la explicación de Karatani, resultaría lo siguiente. En Francia, donde el fuerte sistema logocéntrico es dominante, la estrategia textual de la deconstrucción ha tenido un gran impacto. En USA, donde hay una tradición de pensamiento abierto y moderado como es el pragmatismo, aunque este pragmatismo en realidad no tiene nada que ver con la deconstrucción, puede surgir entre ambos una extraña relación de complicidad. ¿Qué ocurre en Japón? En mi opinión, al pensar la occidentalización y la modernidad en Japón, aunque el impacto de la deconstrucción frente a esto es grande, lo que ha enfatizado Karatani es que debido a que en la tradición japonesa no se da más que una secuencia de pensamiento débil, la deconstrucción como mínimo no puede tener un impacto en la medida que en Francia, y que puede desviarse a un retorno superficial a la tradición. En este punto, Karatani ha hecho un giro hacia el problema de las matemáticas y del capitalismo, que aparentemente son realidades independientes a las situaciones particulares descritas. Esto significa que hace una reducción del problema derridiano finamente tejido por medio de la compleja «estrategia textual», a un tipo de «problema matemático», y más aún la aplica a la teoría marxista del capital. (Nota de Asada: si establecemos que la estrategia textual consiste en desmontar el sistema mediante la desviación y la inversión, la estrategia matemática, por medio de la ordenación y la formalización del sistema, consiste por el contrario en hacer emerger un tipo de fisura. En Japón, donde se da un desorden no menospreciable en cuanto al número de juegos de palabras, es más fructífera ésta última. Si resumimos la opinión de Karatani de manera drástica, resulta algo como lo que acabo de exponer).


K: También son un problema las dos cuestiones que ha planteado Derrida. Respecto a si en Japón hay construcción, el budismo y el confucianismo son en cierto sentido sistemáticos, constructivistas, y al mismo tiempo, un cierto tipo de budismo y de taoísmo intelectual quizá podemos decir que son completamente deconstructivistas. Pero yo no pienso la construcción/deconstrucción en esos términos.Tanto en India como en China y Japón, la matemática ha avanzado mucho, pero siempre se ha limitado a problemas prácticos. Quizá sea sólo en Grecia donde se ha configurado más allá de la resolución de problemas prácticos, y se ha formado un platonismo basado en la matemática. Esta diferencia me parece relevante. Por ejemplo, también en el budismo se da una especie de crítica al platonismo, pero sea como sea en India no hay una filosofía basada en la matemática. Derrida ha escrito una crítica a «Die Frage nach dem Ursprung der Geometrie»[i], y tanto Derrida como el propio Husserl enfocan el problema fundamental de la metafísica occidental en relación con la matemática.Personalmente valoro esto mucho.Por supuesto, si nos referimos a Descartes o a Kant tenemos el mismo planteamiento. Quizá sea Heidegger quien al contrario tenga una visión menospreciativa de esto.

A: ¿Se apoya en los juegos de lenguaje?


K: En sentido relativo, sí [risas]. A ese respecto, Derrida ha mostrado una actitud fundamental en relación al problema de los fundamentos de la matemática, pasando por Husserl. Gracias a esto por primera vez cobra sentido la deconstrucción. En USA sólo se está aplicando la deconstrucción en un campo muy limitado de la crítica literaria, pero ¿no es acaso en el campo de la matemática donde está su centro de gravedad? Al hablar aquí de si la deconstrucción en Japón es superficial o no, personalmente sostengo que no es ni superficial ni otra cosa, simplemente es que no hay [risas].


A: El problema reside en qué es lo que está en condiciones de ser sometido a deconstrucción. Karatani sostiene que sólo un sistema rígido basado en una matemática conceptual y formalizada debe ser sometido a deconstrucción. Aun concediendo que en Japón haya un sistema, ¿se trata de que no es un sistema de ese tipo?


K: Así es. En este punto, el que se esté vendiendo el libro de Asada es un problema muy importante. Su libro es un tipo de teoría del capitalismo, pero dicho a mi manera, se trata de que el capitalismo es deconstructivista. Sin embargo, su libro que trata de esto también vende. En esa medida el capitalismo tiene capacidad de salir al paso [risas].


DERRIDA: Hagamos unas apreciaciones sencillas. El que en USA la deconstrucción se limite efectivamente al campo de la literatura, que no les preocupe la base filosófica, y que se haya recibido como una simple metodología, es tal cual se ha dicho. Sin embargo, la situación está cambiando rápidamente. Como ocurre con el trabajo de Rudolph Gasché, se está criticando la aplicación exclusivista de la deconstrucción, y se está comenzando a aclarar su base filosófica. Además, con respecto a la superficialidad, inutilidad de la deconstrucción en Japón, puede que también sea así. En definitiva, el objeto de la deconstrucción es el edificio de la modernidad de construcción relativamente reciente gracias a la importación de lo occidental, pero por medio de la deconstrucción, al tiempo que se puede librar de los atuendos adoptados hasta ahora provisionalmente, pueden aparecer elementos tradicionales.Esto complacerá a algunos. Finalmente, respecto a la sugerencia de que el propio capitalismo es deconstructivista, no tengo ningún problema en aceptarlo. El capitalismo en su propia teoría es auto-deconstructivista, pues no debe ser de otro modo.Ahora bien, esta auto-deconstrucción en realidad ¿no es algo que ya precede al capitalismo?, ¿no es el capitalismo en cuanto tal una fase que se da dentro del movimiento hacia la auto-deconstrucción iniciado con anterioridad a aquél? Pues no debe ser de otra manera. He utilizado la expresión auto-deconstrucción, pero esto no quiere decir que algo idéntico a sí mismo se desarticula a sí mismo, sino que es la propia auto-identidad, el propio autos el que es deconstruido. Éste es un movimiento que se comprueba por todas partes, siendo el movimiento capitalista un caso particular del mismo.


K: Respecto a este último punto, si se me permite decir mi propia impresión, pienso que el Japón actual aunque sea capitalista, ha entrado en una fase muy anómala. No se trata de la sociedad de consumo de que ha escrito Baudrillard, sino que es en verdad una situación anómala. Si decimos que el capitalismo pervive gracias a su posicionamiento en la diferencia permanente, en estos momentos ha absorbido también el espacio del discurso, y ha obtenido beneficios pronunciándose siempre en la novedad y la diferencia. A pesar de ello el libro de Asada, que es esto lo que dice, en verdad se está vendiendo de esta manera. Creo que este fenómeno no se está dando ni en USA ni en Francia.


DERRIDA: No sé si en Francia se da algo así o no, pero lo que se muestra con claridad es que Marx se vende muy bien desde hace ya tiempo [risas]. Es una broma.


A: En cualquier caso, si postulamos que el capitalismo no es un sistema estático, que es un proceso de desarticulación y reconstrucción permanente, de diferenciación permanente, ello está provocando un ritmo acelerado de absorción dentro de sí de diversas cosas comenzando por el espacio del discurso.


DERRIDA: Sin embargo, partiendo de esa situación, ¿aún podemos proferir la palabra capitalismo?, ¿existe el capitalismo como algo unificado?, siendo un proceso que se diferencia sin límite alguno, que va absorbiendo dentro de sí sus propias contradicciones, su propia negatividad. La palabra capitalismo ¿es acaso pertinente para designar eso? Antes bien, ¿no es el problema que hay un algo distinto, más amplio que el capitalismo en sentido estricto?


K: Personalmente, pienso que eso es el capitalismo.


DERRIDA: Como mínimo, el capitalismo será una denominación de este proceso, el proceso de reapropiación de las contradicciones o la negatividad, el proceso de la diferenciación acumulativa, pero creo que puede haber otras muchas denominaciones: vida, existencia, sociedad, deseo y otras muchas.


K: En sentido genérico no estoy en desacuerdo, pero en estos momentos no se puede decir algo tan moderado. Para utilizar esa palabra en un contexto tan general, tengo la firme impresión de que estamos en estos momentos inmersos en un proceso de diferenciación demasiado acelerado.


A: ¿Se trata de que el capitalismo se ha ajustado a sí mismo el movimiento general de diferenciación, y está experimentando una globalización/aceleración?


K: Por ejemplo dentro de poco un grupo de diseño que tiene conexión con unos supermercados puede sacar a la venta unos modelos de camisetas de pensadores actuales, con Foucault, Deleuze, Derrida escritos en el pecho [risas].


DERRIDA: Eso quiero verlo. ¿Podré tener el copyright? [Risas]. De hecho, en USA sí hay unas camisetas así, en que encima de un dibujo de unos obreros desmontando un edificio han impreso «grupo de deconstrucción de Yale» [risas].


A: Sólo que en USA apenas se venderán unas cuantas en los alrededores de la universidad. Eso en Japón enseguida se convierte en cuatro o cinco mil.


DERRIDA: Entonces es que la deconstrucción ha encontrado en Japón su mayor mercado [risas].


K: Esto es un ejemplo de la velocidad de consumo.


DERRIDA: No sé si tendrá que ver o no con esto, pero el tema de la velocidad o aceleración en cuanto fenómeno generado por el capital en las condiciones actuales, lo puso en circulación anteriormente en la Universidad Cornell un miembro de la revista Diacritics, que organizó un foro de discusión llamado «Nuclear Criticism». También nuestro amigo Paul de Man intervino en el foro, y uno de los temas consistió en relacionar la incapacidad de determinación, en especial la incapacidad de decidir entre lo performativo y lo constativo, con la aceleración. La incapacidad de determinación y la aceleración avanzan unidas de la mano.También la incapacidad de determinación del capitalismo está en relación con el hecho de que el capitalismo en sentido fundamental, estructural, es un proceso acelerativo. Diríamos que entre la incapacidad de determinación y la urgencia acelerada, la acumulación acelerada, se detecta algún grado de relación.


K: Si acordamos que la temporalidad del capitalismo es algo así, ello imprime siempre una diferenciación. Se percibe al menos en Japón que su fuerza motriz es abrumadoramente potente.Cuando me encuentro en USA, no pienso necesariamente así, pero al regresar a Japón, me siento sin orientación acerca del lugar en que me encuentro [risas].


DERRIDA: Una de dos, o estás siempre en Japón, o ya no puedes regresar [risas].


K: Parece una doble atadura [double bind].


A: Ahora el editor os quiere plantear una cuestión [risas]. En este proceso acelerativo de información, ¿en qué relación se encuentran la así llamada élite intelectual y las masas?


DERRIDA: Es una pregunta difícil.Aquí también encuentro una especie de double bind. Por un lado, se da una tendencia a encerrar a los individuos desesperanzados en una enseñanza esotérica que también produce desesperanza, y se busca el refinamiento intelectual. Algunos individuos se abstraen en interpretaciones minuciosas, y yo mismo lo pretendo, pero estos individuos se parecen cada vez más a una especie de monjes. En una secta sin conexión alguna con unas masas cada vez más ignorantes, persisten en su estudio libresco con afán. Personalmente, yo mismo tengo experiencia de esta especie de arcaísmo. Es decir, una parte de mi trabajo en cuanto algo archi-arcaico se realiza en archivos, y en cuanto objeto de desciframiento minucioso es exclusiva de los especialistas. Es el caso de los especialistas que siguen esforzándose en solitario por leer lenguas casi muertas como el hitita. Por otro lado, se da la tendencia diametralmente opuesta, gracias al rápido intercambio de comunicación por parte de los medios que van absorbiendo también ávidamente lo que parece que no puede ser absorbido, los objetos de interés intelectual también pueden convertirse en artículos de consumo potencial a gran escala. Personalmente, tengo la extraña impresión de que al tiempo que soy de estilo bizantino, decadente, individualista y esotérico, una existencia de élite, estoy proyectado en el mercado del conocimiento.Por supuesto no es que yo mismo esté apoyando esto, pero la cosa se va desarrollando por sí misma sin más. También el caso de Asada puede ser parecido, es una situación ésta que provoca ansiedad y vértigo, la situación de acabar por no saber dónde ésta uno. Por cierto en la Conferencia de ayer (Cumbre Cultural Japón-Francia), un estudiante planteó una cuestión cuya respuesta voy a repetir aquí. Pienso que como responsabilidad política hay que rechazar cualquiera de las dos tendencias siguientes. Rechazar el esoterismo de élite. Y al mismo tiempo, rechazar también la demagogia que permite la postura de dirigirse a las masas directamente sin mediación conceptual. En lo que a mí respecta, estoy haciendo el máximo esfuerzo en esta dirección.


A: Lo entiendo perfectamente. En esta situación, ¿qué expectativas tiene la generación siguiente, la de los jóvenes lectores? Aunque no tenga usted aún edad para hablar de ello [risas].


DERRIDA: Qué dice, no soy tan joven. Con todo, no se puede responder a una pregunta así [risas].Aunque si se me presiona diría que tengo la esperanza de que los factores de destrucción que he mencionado anteriormente no sean insuperables.En la deconstrucción que interpreto y practico, se dan elementos que no son destructivos, es decir hay elementos de afirmación. La deconstrucción es una actividad afirmativa, es un pensamiento del sí. La deconstrucción a menudo se califica de nihilismo, pero no lo es en absoluto. Por ello, si tengo alguna esperanza, es en ampliar el eco de un sí. Ello significa por ejemplo que no se produzca la guerra nuclear, que el proceso de diferenciación que hemos problematizado aquí no llegue a un punto de total auto-destrucción, que la afirmación del deseo tenga su oportunidad. Esto es esperanza.


K: Una vez más lo que quiero enfatizar es que la velocidad de comunicación de la sociedad de la información en Japón es inaudita.No es que me sienta orgulloso [risas], ni que me queje, sólo pienso que de hecho es así. Después de pensar por completo esta cuestión quiero decir que el espacio del discurso en Japón, igual que ocurrió en la era Edo [s. XVII-XIX], está bastante cerrado. Por muy aperturista que pueda parecer, por muy diferenciado en el sentido capitalista, a fin de cuentas no está nada abierto en absoluto. Ésta es la realidad actual, y creo que ése y no otro es nuestro punto de partida.


DERRIDA: De modo que he regresado a Japón, he aprendido muchas cosas y procuro comprender tantas otras, para lo cual carezco de competencia, especialmente en mis conocimientos de la lengua.A pesar de ello,me pregunto si será correcto pensar de manera exclusivamente negativa el fenómeno de las portentosas ventas del libro de Asada. Concediendo que se dan una serie de problemas respecto a la cultura japonesa que se interpreta como cerrada, ¿acaso aquél no representa una vía de liberación?


A: Dejando aparte el caso propio, no podemos ignorar el aspecto positivo de la sociedad de la información. Las posibilidades de abrirse por sí misma hacia afuera. Las posibilidades de generar vínculos transversales e hibridaciones. La cuestión de lo que llamaríamos chances de tipo epicúreo, hay chances derivadas del encuentro de átomos que no son atomistas, gracias a su clinamen.



DERRIDA:Así es.Estoy totalmente de acuerdo.De hecho, también yo en una conferencia que titulé «Mé-chance», ensayo una articulación entre el pensamiento de la deconstrucción y el pensamiento del clinamen. Pretendo aprehender el pensamiento del clinamen, no en un contexto atomista, sino en la desviación de ese contexto. Intento repensar el problema de la chance o la contingencia, no desde la indivisibilidad sino desde la divisibilidad del átomo.


A: También es la divisibilidad de la letra.


DERRIDA: Sí. Tal divisibilidad misma es la primera condición de la deconstrucción.


K: Creo que eso es posible decirlo tranquilamente en USA, pero si consideramos la situación de Japón la cosa no funciona así de bien [risas]. Es la primera vez que me encuentro con Derrida en Japón, y la conversación quizá haya derivado en exceso hacia el contexto japonés.Ahora bien, en Francia habrá diversos discursos sobre Japón, pero quiero sugerir que en todos ellos se da una desviación fundamental. Incluso en la teoría sobre Japón de L’Empire des signes [1970] de Barthes, en definitiva sucede lo mismo. En ella Japón no es más que un signo a nuestra conveniencia. No hay relación alguna con lo que realmente piensan los japoneses.En cualquier caso, creo que los franceses son conscientes de que junto a USA, Japón es el mercado más importante, y por ello simplemente deseo que piensen un poco en por qué será eso así, en qué piensan de esto los japoneses.

 La sociedad del pos-consumo y el papel de los intelectuales
Jacques Derrida
Con Karatani KOJIN (crítico literario) y Asada AKIRA (moderador/editor).
Trad. del original japonés de Alfonso J. Falero. En Asahi Journal, 25 mayo 1984. Universidad de Salamanca, pp. 6-14. Pliegos de Yuste nº 3, mayo de 2005, pp. 39-46.


DERRIDA: La conversación de esta noche no sólo ha tenido lugar en Japón, ha tenido lugar en el espacio de la experiencia japonesa particular vuestra, esto es para mí que tengo interés en Japón algo muy importante, y les agradezco que hayan conducido la conversación en esa dirección. También para comprender la situación intelectual de Japón, creo que será un punto de partida importante. Por supuesto, no estoy pensando para nada en convertir a Japón en un mercado de la deconstrucción [risas]. Por otra parte, el análisis de Barthes, aunque me es muy apreciado, en lo que a mí respecta, tras una estancia tan breve, y sin entender ni una palabra del idioma, escribir sobre Japón no me parece concebible. En ese sentido, es decir, en el sentido opuesto al enclaustramiento de Karatani en Japón, yo no tengo más opción que encerrarme fuera de Japón [risas].



A: Sin embargo, ¿no es precisamente esa desviación la condición del «verdadero intercambio», el «encuentro de tipo clinamen»? Hoy es martes, el jueves de la semana que viene saldrá a la imprenta este debate. Es otro ejemplo del proceso de aceleración [risas].


K: Y en una semana ya se habrá consumido [risas].


DERRIDA: Sin embargo, éste es un buen ejemplo. En Francia, es absolutamente imposible que un debate de este tipo se publique en un medio de tal difusión como éste. No evaluemos esta situación como puramente negativa. Ésta es un tipo de chance.



[i] HUSSERL, en Revue Internationale de Philosophie 1, 1939, 203-225. Trad. francesa de Derrida «L’origine de la geométrie», PUF, 1962.

N. del T.: nombres japoneses comenzando por el apellido. Casi todas las referencias entre corchetes añadidas

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