Foto: José Guarnizo / SEMANA.
Las cifras que revela la
Defensoría del Pueblo sobre La Guajira son alarmantes. El departamento
registra 17.000 niños desnutridos en el municipio de Uribia, donde,
además, solo uno de los 350 reservorios de agua funciona.
A esa preocupante estadística se suman otros 18.000 niños desnutridos en Manuare, mientras que en la capital, Riohacha, más de 2.000 menores de cinco años tienen insatisfechas sus necesidades nutricionales básicas.
Incluso
algunas comunidades llevan hasta dos años sin ver caer la lluvia. Por
esta razón, algunos indígenas wayúu recurren a otros métodos para
acceder al líquido vital, como la extracción de pozos artesanales, agua
que suele estar contaminada y genera enfermedades gastrointestinales
como diarrea, reporta la entidad.A esa preocupante estadística se suman otros 18.000 niños desnutridos en Manuare, mientras que en la capital, Riohacha, más de 2.000 menores de cinco años tienen insatisfechas sus necesidades nutricionales básicas.
A pesar de estar golpeados por la malnutrición, los niños son el eje de supervivencia de algunas poblaciones, como sucede en el rancherío Jellusira del corregimiento de Musichi, en jurisdicción de Manaure, donde los pequeños wayúu deben conseguir agua para sus familias. Este rancherío es uno de los más afectados, a pesar de estar a unos 40 minutos en carro de la cabecera municipal. Sus 75 habitantes viven en tres casas de bahareque en medio de un desierto en condiciones precarias.
Sin embargo, la crisis en Jellusira no es solo de agua; también sufren por el alimento. Los kits básicos de comida entregados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, no fueron suficientes, ya que, a pesar de estar a unos cinco kilómetros del mar, solo consiguen pequeñas cantidades de pescado, en ocasiones chivo y muy esporádicamente maíz.
Por
ahora, como medida de choque, entre 40 y 60 carrotanques hacen
recorridos de hasta siete horas diariamente desde la planta de
tratamiento de agua de Manaure a las zonas apartadas, informaron las
autoridades municipales.
Desnutridos y deshidratados
En algunas comunidades, los pobladores deben sacar el agua de posos artesanales insalubres. Foto: Defensoría del Pueblo.
Son tales las carencias nutricionales de los habitantes de la región, que los adultos también muestran signos de desnutrición crónica.
Según cifras del DANE, entre el 2008 y el 2013, en La Guajira murieron 4.151 niños: 278 por falta de comida, 2.671 por enfermedades que pudieron haberse tratado y 1.202 que no alcanzaron a nacer. Eso quiere decir que en los últimos seis años cada día, en promedio, mueren dos niños por abandono. Solo en el Hospital Nuestra Señora de los Remedios, de Riohacha, de enero a abril de este año, 14 niños murieron por las consecuencias propias de la falta de alimento.
El año pasado, 23 menores murieron a raíz de la deshidratación y la malnutrición, mientras que durante el primer semestre del 2014, se reportaron 15 casos. Las cifras, sin embargo, pueden ser mayores, ya que la Superintendencia de Salud estima un subregistro debido a que las comunidades prefieren enterrar a los niños cerca de sus terrenos.
Esta situación se ve favorecida por la pobre red hospitalaria. La Guajira solo cuenta con centros médicos de primer y segundo nivel de atención, es decir, que prestan servicios de medicina general y algunas especialidades básicas. Además,cerca de las rancherías no hay puntos de salud para atender a las comunidades indígenas que tienen acceso limitado a las cabeceras urbanas.
Pero si las comunidades sufren los efectos del inclemente verano, los animales no se salvan. En los últimos tres meses, 7.000 cabezas de ganado han muerto en todo el departamento, según reportes de la Defensoría.
Medidas urgentes
Algunas regiones de La Guajira llevan entre nueve meses y dos años sin ver la lluvia. Foto: Defensoría del Pueblo.
Debido a esta situación y a los pronósticos por la inminencia del Fenómeno del Niño –que iría hasta marzo del 2015–, la Defensoría del Pueblo solicitó al gobierno nacional y territorial construir un sistema de pequeños embalses y reservorios de regulación hídrica; entregar kits oportunamente y de forma sistemática kits alimentarios a la población; aprovisionar de insumos para los cultivos, además de instaurar un programa de suplementación alimenticia tanto para pobladores como animales.
Las cifras espantosas ubican a La Guajira en un promedio no muy lejano al de Ruanda, en África, donde, según el Banco Mundial, la tasa de mortalidad de menores de cinco años por cada 1.000 nacimientos es de 55. En la península colombiana es de 45.
“La experiencia de desnutrición en Colombia es igual que en Etiopía”, le dijo a SEMANA Alicia Genisca, pediatra estadounidense quien ha trabajado en países africanos y ahora atiende a los niños con desnutrición crónica en el corregimiento de Mayapo, en La Guajira. Y añade: “La diferencia es que, por décadas, Etiopía ha sido el país que todo el mundo conoce por desnutrición. El mundo no sabe que también hay una crisis de desnutrición en La Guajira”.
Tomado de semana.com
Desnutridos y deshidratados
En algunas comunidades, los pobladores deben sacar el agua de posos artesanales insalubres. Foto: Defensoría del Pueblo.
Son tales las carencias nutricionales de los habitantes de la región, que los adultos también muestran signos de desnutrición crónica.
Según cifras del DANE, entre el 2008 y el 2013, en La Guajira murieron 4.151 niños: 278 por falta de comida, 2.671 por enfermedades que pudieron haberse tratado y 1.202 que no alcanzaron a nacer. Eso quiere decir que en los últimos seis años cada día, en promedio, mueren dos niños por abandono. Solo en el Hospital Nuestra Señora de los Remedios, de Riohacha, de enero a abril de este año, 14 niños murieron por las consecuencias propias de la falta de alimento.
El año pasado, 23 menores murieron a raíz de la deshidratación y la malnutrición, mientras que durante el primer semestre del 2014, se reportaron 15 casos. Las cifras, sin embargo, pueden ser mayores, ya que la Superintendencia de Salud estima un subregistro debido a que las comunidades prefieren enterrar a los niños cerca de sus terrenos.
Esta situación se ve favorecida por la pobre red hospitalaria. La Guajira solo cuenta con centros médicos de primer y segundo nivel de atención, es decir, que prestan servicios de medicina general y algunas especialidades básicas. Además,cerca de las rancherías no hay puntos de salud para atender a las comunidades indígenas que tienen acceso limitado a las cabeceras urbanas.
Pero si las comunidades sufren los efectos del inclemente verano, los animales no se salvan. En los últimos tres meses, 7.000 cabezas de ganado han muerto en todo el departamento, según reportes de la Defensoría.
Medidas urgentes
Algunas regiones de La Guajira llevan entre nueve meses y dos años sin ver la lluvia. Foto: Defensoría del Pueblo.
Debido a esta situación y a los pronósticos por la inminencia del Fenómeno del Niño –que iría hasta marzo del 2015–, la Defensoría del Pueblo solicitó al gobierno nacional y territorial construir un sistema de pequeños embalses y reservorios de regulación hídrica; entregar kits oportunamente y de forma sistemática kits alimentarios a la población; aprovisionar de insumos para los cultivos, además de instaurar un programa de suplementación alimenticia tanto para pobladores como animales.
Las cifras espantosas ubican a La Guajira en un promedio no muy lejano al de Ruanda, en África, donde, según el Banco Mundial, la tasa de mortalidad de menores de cinco años por cada 1.000 nacimientos es de 55. En la península colombiana es de 45.
“La experiencia de desnutrición en Colombia es igual que en Etiopía”, le dijo a SEMANA Alicia Genisca, pediatra estadounidense quien ha trabajado en países africanos y ahora atiende a los niños con desnutrición crónica en el corregimiento de Mayapo, en La Guajira. Y añade: “La diferencia es que, por décadas, Etiopía ha sido el país que todo el mundo conoce por desnutrición. El mundo no sabe que también hay una crisis de desnutrición en La Guajira”.
Tomado de semana.com
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