Su presencia es imponente, demanda respeto. Su figura revela sabiduría y experiencia, y no precisamente por tener líneas de expresión o signos de vejez, porque realmente aparenta muchos años menos de los que en realidad tiene, sino por su importante trayectoria en la música tradicional. Su voz fuerte, su vestuario colorido y su turbante costeño, junto a sus inigualables ritmos, la reafirman como la embajadora del folclor colombiano.
Totó La Momposina es una estrella, una que nació en una pequeña población llamada Talaigua, en Mompox, pero que rápidamente se elevó por todos los rincones de Colombia, absorbiendo la tradición de cada región. Años después, con sus raíces y ritmos indígenas y afrocolombianos, dio a conocer la música autóctona de Colombia en las bohemias calles y bares de París y La Habana, donde también estudió y vivió momentos trascendentales para su carrera artística. De ahí en adelante, ha viajado por todo el mundo y ha recibido innumerables reconocimientos por su labor.
En esta ocasión, Totó concedió una entrevista a ELTIEMPO.COM con motivo de la celebración del 20 de julio, y habla de un sentimiento que se despertó recientemente entre los colombianos tras la destacada participación de la selección Colombia en el Mundial de Fútbol; el patriotismo.
¿Por qué cree que la música colombiana es universal y gusta en todos los rincones del mundo?
Si yo soy colombiana, tengo que divulgar la música autóctona. Si tú llegas con música antigua, pero fresca y nueva, causas impacto. En Europa no empecé en los grandes teatros, yo cantaba en la calle, en el metro, en los mercados de pulgas, en los bares y en los pequeños restaurantes. Para los europeos, mi música y yo éramos exóticas. A veces me tocaban el cabello porque creían que era falso. Yo estuve cinco años en este continente aventurando con mis ritmos y mi estilo gustó.
¿Usted cree que tiene más valor artístico un músico que conserva su identidad cultural y sus raíces, y los refleja en la creación de sus obras? ¿Esta es una de las razones de su éxito profesional?
No es el éxito, es el reconocimiento de quién soy yo. Colombiano come de colombiano. Si te comes un sancocho sabes que es tu plato, que es lo tuyo. Pasa lo mismo con la música. Tú reconoces lo propio.
La mayoría de artistas hablan del amor y de las decepciones amorosas, usted, en cambio, canta del diario vivir de un campesino o de la lucha de un pescador para conseguir su sustento, y a esto le mezcla ritmos de porro, bullerengue y mapalé. ¿En qué momento de su vida define su identidad cultural y decide convertirse en la embajadora del folclor colombiano?
Yo no lo decidí. Eso ya estaba escrito. Yo vengo de una familia de músicos y uno desde niño ya viene con aptitudes. En mi casa todos sabemos bailar, no estuvimos en ninguna academia. Mi abuelo decía que uno viene con la Guataca, que en el argot popular significa el oído. Esas cosas no las enseñan en el conservatorio, vienen en las venas.
¿Por qué cree que la música autóctona colombiana es tan alegre si tenemos una historia de dolor, de sufrimiento, injusticia y esclavitud?
Tenemos un pasado y presente. Nosotros tenemos una influencia de África, que es la cuna de la cultura del mundo. El tambor, el instrumento característico de esta música, produce alegría y es universal.
La canción 'Latinoamérica', el trabajo que hizo junto a Calle 13, tiene un valor especial no solo porque logra captar la esencia y la lucha del latinoamericano, sino porque combina ritmos modernos como el rap con la música tradicional. ¿Cómo fue esta experiencia? ¿A qué se le atribuye su éxito?
Ahí estábamos María Rita, Susana Baca y yo. Mezclando estilos del Brasil, Perú y Colombia. Cuando nos unimos tres voces y cada una pone su asunto personal, la inspiración para cantar e improvisar surge de manera natural. Cuando tú gritas que viva la América no lo dices por decirlo, sino porque lo sientes….se me llenan los ojos de agua porque fue así. Nos pusimos a llorar después de terminar el trabajo porque estábamos representando a nuestra América del Sur, a la que todos lloramos y sufrimos...somos un gran continente y si todos nos organizáramos bien podríamos ser una gran potencia.
Con la participación de la selección Colombia en el Mundial Brasil 2014, los colombianos volvimos a sentir lo que era el patriotismo. ¿Para usted qué significa tener orgullo patrio y representar esta bandera en el mundo?
Uno en el mundo físico de la única manera que puede llevar la bandera patria de un país es a través de la rectitud, y si tú no eres recto, en todo el sentido de la palabra, no eres digno de llevarla. Por ejemplo, los muchachos de la selección hicieron su trabajo porque iniciaron una nueva escuela. Yo no soy fanática del fútbol, pero sentí que había unos jóvenes que tuvieron un gran maestro como el señor Pékerman y que honraron a los colombianos en el mundo entero.
Texto: Ana María Castro Castro / Video: Sebastián Velásquez Enciso
Tomado de eltiempo.com
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