12 de septiembre de 2014

Músicos del Parque Berrío de Medellín piden atención



Cada vez es más difícil para Gustavo Jiménez y compañía llamar la atención de los transeúntes del Parque Berrío con sus interpretaciones populares.
Los sábados en la tarde, que es el lapso de mayor movimiento, compiten con otras personas (vendedores, culebreros, magos...), que, al igual que ellos, buscan ganar algún recurso. La diferencia es que ellos no tienen equipo de amplificación.


“Nos juntamos acá y venimos a la aventura, porque vivimos de lo que la gente nos da; pero esto está más malo que la comida de la cárcel. A veces escasamente hacemos el pasaje de regreso y para un cigarrillo. Esas amplificaciones no dejan ni para conversar. Mire, allá van instalar un equipo, y ve el otro”, dice Jiménez mientras señala.
Luis Pérez, otro guitarrista, oriundo de Salgar (Suroeste) y a quien algunos le dicen ‘alcalde’ –además, siempre lleva traje–, comenta que nadie hace regulación y que por eso cada vez es más difícil vivir de ese oficio.
El vocalista y ‘carrasquero’, Pedro Londoño, nacido en Zaragoza y apodado por sus colegas ‘ratón’, dice que extrañan el proceso que hace cuatros años lideró la Secretaría de Participación Ciudadana, en convenio con la Asociación de Entidades Culturales (Asencultura).
En ese entonces los capacitaron y se hizo una convocatoria en la que participaron 63 conjuntos musicales. Se presentaron 32 propuestas y, al final, se grabó un álbum discográfico con 20 canciones inéditas. Incluso, se autorregulaban para no juntarse en las mismas horas, por aquello de “tanto limosnero junto...”.
“Nosotros somos la tradición folclórica de Antioquia. Llevo 40 años ‘surrunguiando’ esta guitarra, y me está yendo más mal ahora que a ratón de iglesia. Aquí primero se conseguía plata, coño, cuando las flotas para los pueblos eran abajo en Guayaquil”, asegura Jiménez.
Aunque aún hay presencia constante de una veintena de grupos, los artistas reconocen que cada vez son menos por las condiciones precarias y que, incluso, algunos prefieren que los contraten para dar serenatas particulares.
“No grabé la vez pasada, pero quizá todo eso se acabó porque cantaban bonito, pero se oía muy maluco”, dice con tono de broma Jiménez.
Al respecto, Carlos Mario Guisao, subsecretario de Arte y Cultura de Medellín, afirma que todo proyecto que se inicia de agremiación, como el que hizo la Administración anterior con estos músicos, tiene unas etapas y continuidades diferentes, máximo cuando hay expectativa económica.
“En estos momentos la Administración está haciendo un esfuerzo por mejorar la convivencia en el Centro, pero es una dinámica compleja y todavía no hay resultados totales. (...) Se está trabajando en control del perifoneo y el uso de equipos de sonido, pero hay algunos momentos en los que se desborda. No sabemos si ese sea el caso de los músicos del Parque Berrío”, afirma Guisao.
El funcionario agrega que buscarán un espacio de concertación con ellos, con Espacio Público y otras dependencias. Según Guisao, para darle continuidad a ese proceso, cada año realizan un festival de música popular en el Cerro Nutibara, en el que han participado músicos de esa y otras zonas, con su respectiva remuneración.
“¿Debemos seguir grabando CDs? Puede que esto no resuelva sus problemas de fondo. Hay que mirar si les falta formación, o si son agredidos por alguna condición particular del espacio. Este año, en los Estímulos para el Arte, incluimos la música popular para abrirles más oportunidades, pero deben postularse para acceder a recursos”, concluyó Guisao.
Mientras, cuando caen las tardes sabatinas y los equipos de sonido se ausentan, estos ‘juglares’ paisas, que tocan desde pasillos hasta carrilera, ‘prenden’ el baile, con el que sí llaman la atención.
El Centro tiene el 29 por ciento de los estímulos de arte y cultura
La Secretaría de Cultura tiene este año un presupuesto de 12.000 millones de pesos para los Estímulos de Arte y Cultura, de los cuales ha asignado 8.600 millones en 585 proyectos. De estos el 29 por ciento fueron asignados a becas de creación, investigación, circulación, y Salas Abiertas que tienen como localización el Centro, sus museos y 15 casas de teatro permanente.
“Lo cultural no es solo montar tarimas y artistas; por eso tenemos vigías patrimoniales en el Centro para el cuidado y preservación de lugares como la Casa Barrientos. De otro lado, en los teatros Metropolitano y Pablo Tobón tenemos actividades especiales con boletería gratuita”, explica Carlos Mario Guisao, subsecretario de Arte y Cultura.
La Secretaría de Cultura también realiza intervenciones artísticas temporales en los principales parques del Centro, con diferentes aliados. En la Plaza Botero trabaja de la mano con el Museo de Antioquia, en la de San Antonio con la Alianza Francesa, en el parque Bolívar con el Instituto de Bellas Artes, y en el del Periodista con el Colomboamericano.
Hace poco también la Alcaldía le realizó una intervención a las 27 esculturas del maestro Fernando Botero localizadas en el Centro. En este proceso invirtieron cerca de 240 millones de pesos.
OSCAR ANDRÉS SÁNCHEZ A.
Redactor
MEDELLÍN

Tomado de eltiempo.com

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