Por Juan Diego Restrepo
La tan promocionada transformación de Medellín en sus últimos 25 años, que hoy es un ejemplo para el mundo, según lo dicen expertos internacionales y lo replica la prensa regional hasta el exceso, no es un cuento de hadas en el que solo hay “gente pujante” haciendo buenas obras. La realidad es que ese cambio tuvo un alto costo, pero a pocos parece importarle.