Más de 400 niños han muerto y 2.500 han resultado heridos por los
bombardeos del Ejército israelí sobre Gaza, según Unicef, que calcula
que 373.000 menores necesitan urgentemente ayuda psicológica para
superar esta situación traumática.
"El número de niños asesinados durante esta operación militar es
de 408 y ha superado el de niños asesinados durante Plomo Fundido", la
anterior ofensiva de Israel entre 2008-2009, en la que 350 menores
murieron, según nuevos datos aportados este martes por Unicef.
Si se comparara la demografía de Gaza con la de Estados Unidos,
sería como si 200.000 niños hubieran muerto en este último país, dijo a
la prensa Pernille Ironside, jefa de la oficina de Unicef en Gaza.
Ironside señaló que no hay electricidad y que no funcionan los
sistemas de agua potable ni de saneamiento en el territorio palestino,
por lo que el peligro de aparición de enfermedades transmisibles y de
diarrea es inminente.
"Hay que tener en cuenta el tamaño de la franja de Gaza, son 45
kilómetros de largo por entre 6 y 14 de ancho...no hay una sola familia
que no haya sido directamente afectada por alguna pérdida", agregó.
"La destrucción es total. Han usado armamento horrible que
provoca terribles amputaciones. Y esto ha pasado frente a los ojos de
los niños, que han visto morir a sus amigos, a sus padres", indicó la
funcionaria internacional.
Unicef calcula que unos 370.000 niños necesitarán ayuda
psicológica para poder intentar sobreponerse de alguna manera al trauma
vivido.
"Tengamos en cuenta que un niño o una niña que tiene siete años
ha pasado ya por tres ofensivas, la de 2008-2009, la de 2012 y la de
ahora. Imagínense el impacto que ello puede tener tanto en los más
pequeños como en los que ya entienden lo que eso significa", afirmó.
"Hay gente que no ha tenido acceso al agua por varias semanas, ya
se han detectado problemas de piel y tememos que aparezcan casos de
diarrea, lo que sólo llevaría a más muertes de niños", dijo.
Ironside se refirió al hecho de que 142 escuelas en Gaza,
incluyendo 89 de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados
Palestinos (Unrwa), han sido dañadas por los bombardeos israelíes, y no
olvidó los ataques directos a tres colegios de la ONU.
"Recordemos que antes de este ataque el 80 por ciento de los
niños de Gaza asistían sólo 4 horas a la escuela porque los centros
tienen que hacer dos turnos, dado que no hay más colegios disponibles",
enfatizó.
"Y no podemos construir más, porque no hay tierra disponible pero
sobre todo porque no tenemos material de construcción por la
restricción a la que la franja es sometida por las autoridades
israelíes", explicó la funcionaria de UNICEF, quien lamentó que esa
política haga que los trabajadores humanitarios pierdan horas en
negociaciones burocráticas en vez de hacer su trabajo de asistencia.
"Debemos establecer un nuevo sistema para poder reconstruir todo
lo destruido. Por eso un alto al fuego no es necesario, hay que acabar
con el bloqueo al que Israel somete a Gaza", urgió.
Recordó que se necesitarán "cientos y cientos de millones de
dólares" para reconstruir lo que ha sido destruido dos veces, "aunque
esta vez ha sido peor que las otras dos juntas".
"¿Quién pagará la factura? ¿De nuevo la comunidad internacional, o
será la fuerza ocupante que ha perpetrado la destrucción?", se
cuestionó.
Preguntada sobre qué le puede pasar a un menor de Gaza a partir
de ahora, dijo que el futuro de cualquier niño en la franja "es
desalentador".
"Nadie debería sorprenderse de que algunos niños palestinos
quieran tomar una vía más extrema. Es nuestra responsabilidad evitar que
esto pase", concluyó.
To
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