Una periodista francesa relata cómo es es vivir en medio del conflicto.
Queridos amigos:
¡Escribir no es para nada fácil! No soy una periodista que debe tomar su bolígrafo y salir en busca de noticias de actualidad. Soy una habitante de la franja de Gaza que no pudo dormir anoche a causa de la masacre de Chujaeya, barrio al este de Gaza, que debe su nombre a Chujaa Alkordi; “Chujaa” quiere decir “valiente”. El crimen que cometieron los habitantes de este barrio es el de vivir al lado de la frontera con Israel.
La armada israelí ha estado bombardeando toda la noche. Fue una noche dura y triste: no hemos podido dormir y hemos estado toda la noche pegados a la radio, que afortunadamente tenía baterías. Las familias cuyas casas han sido bombardeadas les pedían a las ambulancias y a la Cruz Roja que fueran a rescatar a los heridos. Ni la Cruz Roja, ni las ambulancias ni la prensa podían entrar en el barrio a causa de los proyectiles de los tanques y los misiles de los F16. No hice otra cosa que orar y llorar. Qué despertar más difícil… Las fotos y los videos de estas masacres me han conmocionado. He gritado como loca; no, he gritado como una madre que ha perdido a sus hijos: “¡Hay que detenerlos, hay que detener estos ataques brutales y bárbaros!” Mi marido, que estaba en el hospital Al Shefa, me llamó para tener noticias de nosotros, y me ha dicho que no se sentía otra cosa que el olor a sangre: tal era la cantidad de heridos y muertos.
Muchas familias de Chujaeya llegaron al hospital para buscar los suyos o para esperarlos. No puedo olvidar a esa mujer que suplicaba que la reunieran con sus seres queridos, vivos o muertos. Después de muchas llamadas de la cruz roja a la armada israelí, se ha logrado una tregua de dos horas, el tiempo para sacar de los escombros los cuerpos de los sobrevivientes. Pero durante la búsqueda, los bombardeos continúan. Me ha tomado dos días escribir estas palabras, porque cada vez que me siento ante el computador para escribir lo que siento y he visto, me quiebro y rompo en lágrimas. Lloro ante cada palabra, ante el recuerdo del dolor, el sufrimiento de la gente. Además, no puedo impedirme estar pidiendo noticias de todos mis conocidos por toda Gaza. Llamo a todos los que conozco, cuando hay comunicaciones, porque las redes están controladas por los israelíes. Desde ayer hay miedo de un nuevo ataque, de una nueva masacre al este de Khan-Younes, al sur de la franja de Gaza. Hasta esta tarde, no hemos recibido ninguna noticia de ese barrio. La Cruz Roja ha logrado obtener un permiso para entrar a Khan-Younes, pero desde que los hombres entran se comienzan a escuchar tiros, y les toca devolverse sin poder salvar a nadie. Esta tarde, el ejército israelí ha arrestado a una centena de heridos e incluso paramédicos.
La gente de la que les hablo son civiles; ellos tenían sueños simples y fáciles de conseguir: soñaban con una vida digna, sin bloqueo y sin miedo.
Algunos entre ustedes no aceptarán, quizás, la palabra genocidio. Yo les aseguro que la uso conscientemente, porque el ejército criminal de Israel ha arrasado barrios enteros, por toda Gaza, sin distinguir a la población civil. Muchas familias han sido completamente destruidas.
Miles de familias en Gaza sienten que van a vivir un nuevo Nakba (éxodo palestino), pero conscientes de que en esta ocasión no tenemos más a dónde ir, ni dónde buscar refugio. Ningún lugar es seguro. Las escuelas de la UNRWA (Agencia de la ONU para los refugiados) han abierto sus puertas a la gran mayoría de estas familias, pero ya están llenas, como también las iglesias. Hoy, hacia las 2:00 PM, hubo 17 muertos y una centena de heridos luego del bombardeo de una escuela de UNRWA que abrigaba a familias refugiadas.
Otros han encontrado refugio donde sus familiares, pensando que es más seguro. A pesar de la situación tan grave, debo hablarles de esos jóvenes que han creado, en todos los barrios de Gaza, centros de ayuda y de solidaridad con las familias que han evacuado sus casas para ir a las escuelas de la UNRWA. Se exponen a los bombardeos, duros e incesantes. EL propietario del inmueble residencial más bonito y costoso de toda Gaza ha propuesto poner gratuitamente apartamentos a disposición de los refugiados. Muy pronto el ejército israelí ha hecho explotar el edificio, quizás para impedir que la gente encontrara un refugio. Terminaré hablando por primera vez del rol que juega Egipto en el puesto fronterizo de Rafah. Algunos se imaginan a los egipcios recibiendo con los brazos abiertos a sus hermanos, víctimas de los atropellos del ejército israelí. Para nada: ellos rechazan y hacen devolver a las ambulancias y a los heridos.
Palestina está perdiendo a tantos de sus niños, de sus mujeres, de sus hombres, de sus monumentos y, así, de su historia…
Salma AHMED ELAMASSIE
Gaza
24 de julio de 2014-07-30
PD: No sabía siquiera en qué día estábamos, ¡una amiga francesa ha tenido que decírmelo!
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Carta publicada en el portal francés Le Grand Soir.
© Copy Left Le Grand Soir – Difusión y reproducción autorizada.
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Traducción de Carlos Orozco*
@orocarlosoro
Tomado de las2orillas.com
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