COLOMBIA Y SU CAPITAL
NECESITAN DEL MOVIMIENTO PROGRESISTAS
MANIFIESTA
QUE:
Primero:
Para ser Progresistas
debemos defender estos principios básicos:
Inclusión Social.
Primero los pobres, segundo los pobres, tercero los pobres, tal como
lo ha dicho nuestro vocero nacional. Esto significa proponer y
practicar políticas de educación y salud democráticas y
eficientes, desaparición del ánimo de lucro en los servicios de
salud, promoción del empleo digno para reemplazar la informalidad
generalizada, mejoramiento del ingreso de los
más pobres, al lado de la lucha
contra la desigualdad en todos los terrenos.
Desarrollo económico
que favorezca el empleo y la nación. No podemos compartir una
política económica que priorice la inversión extranjera, mientras
los sectores que generan empleo y valor agregado como la industria y
la agricultura languidecen, todo ello en un marco de tratados de
libre comercio cuyo efecto real es el incremento de las importaciones
y el decaimiento de las exportaciones diferentes a las mineras.
Aplicación de la
Constitución de 1991, especialmente en su concepción de “Estado
Social de Derecho”. Más que seguir reformando y deformando la
Carta del 91, debemos aplicarla y lograr que llegue a la vida diaria
de nuestros compatriotas.
La
prevalencia de lo público. El interés general debe primar
siempre sobre el particular. Esto debe concretarse en diseño de
políticas que lo materialicen en áreas como el
aseo, la seguridad ciudadana, el
transporte, la educación, la salud, la propiedad de la tierra, y el
desarrollo económico y social.
Conservar el medio
ambiente. El desarrollo de políticas de inversión, de
asentamiento de poblaciones en el territorio, de producción
agropecuaria, debe considerar el medio ambiente en una perspectiva
sustentable. Es una responsabilidad con el presente y el futuro del
país y del planeta. Es necesario ordenar el
territorio alrededor del agua y emprender programas de reciclaje de
residuos sólidos entre muchos otros programas concretos.
No robar ni dejar
robar. Es esencial practicarlo y defenderlo como un principio no
negociable.
Democracia
participativa. Es la democracia del siglo XXI. Presupuesto
participativo, uso de los referendos para decidir políticas públicas
específicas y, en general, aplicación de los contenidos
constitucionales sobre la materia.
Renovar la política.
La actividad política es hoy de pésima calidad. El clientelismo
entendido como una relación personal de intercambio de favores entre
los electores y los elegidos está en el corazón de esa baja calidad
del ejercicio político en el país.
Paz. El logro de
la paz entendida como el final del uso de las armas para resolver
diferencias políticas o sociales es una prioridad nacional a la cual
unimos nuestra voluntad los Progresistas, sin dudas ni dobleces. No
apoyamos la combinación de las formas de lucha y esperamos que el
actual proceso de negociaciones concluya felizmente.
Integración
latinoamericana. Este continente al sur del río Bravo tiene su
futuro ligado a su capacidad de integrarse.
Segundo:
Debemos afirmar que
Progresistas es el movimiento político que gobierna la ciudad de
Bogotá. Nuestra suerte y la del gobierno de esta ciudad están
estrechamente ligadas. Debemos ayudar al éxito de nuestro gobierno y
acompañarlo en sus iniciativas. Para los Progresistas de Bogotá el
programa de trabajo para aplicar estos principios es el Plan de
Desarrollo de la ciudad, que obedece a la inclusión social, el
ordenamiento alrededor del agua y la prevalencia de lo público.
Tercero:
Organización de
Progresistas. El movimiento que queremos existe para realizar un
trabajo político permanente, por lo tanto, Progresistas debe hacer
parte de muchas organizaciones de base: juntas de acción comunal,
sindicatos, organizaciones de padres de
familia, de usuarios de la salud, de los servicios públicos, del
transporte, organizaciones campesinas, y todo tipo de comités
en los que se expresan las comunidades, tanto por sus derechos
ciudadanos y políticos, como por sus reivindicaciones particulares.
Progresistas cree en la
diversidad. Ella debe ser un activo de una fuerza como la nuestra.
Diversos somos porque aquí coincidimos pensamientos, orígenes e
historias de muy distintas fuentes con unos acuerdos conceptuales
fundamentales. Por eso tenemos las puertas abiertas para quienes
compartan nuestros principios, pues sin ese acuerdo fundamental no
puede haber unidad constructiva.
La fraternidad es
esencial como un valor de nuestra organización y debemos poder
resolver nuestras diferencias sin polarizaciones agudas. Requerimos
de reglas de juego claras y democráticas, y la fraternidad es un
valor que debemos practicar en el empeño de sacar adelante esta
fuerza política.
La
Asamblea Distrital de Progresistas recoge el sentimiento de respeto
por liderazgo del compañero Antonio Navarro Wolff, el cual se
manifiesta en Bogotá y en las regiones, y acoge la propuesta de que
asuma como vocero nacional de Progresistas.
Cuarto:
El momento político.
La opinión que busca el cambio serio de la política y el
gobierno se va a expresar con mucha fuerza en 2014. Los colombianos,
que no nos sentimos identificados ni con el “todo vale” del
expresidente Uribe ni con la Unidad Nacional clientelista del
presidente Santos, debemos entender cómo se va a presentar de nuevo
la ola de opinión en el 2014. Además, qué podemos hacer para
ayudarla y, sobre todo, aprendiendo del pasado, cómo lograr que esta
vez sí se logre conseguir una victoria nacional, para que llegue a
Colombia la renovación en la política y en el gobierno.
El
2014 es la oportunidad para organizar una alternativa política
nueva. Las olas de opinión deben estar asociadas a agrupaciones
políticas duraderas. Por ahora, nuestra obligación es organizar a
Progresistas y dotarlo de mecanismos democráticos para funcionar,
crecer y tomar decisiones.
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