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18 de octubre de 2016

La reforma tributaria sabotea la paz (Declaración)



El problema principal que padece Colombia, el mismo que hoy millones de colombianos estamos empeñados en resolver, es la terminación del conflicto armado y de toda violencia. Sin embargo, como bien sabe el país, algunos proceden en sentido diametralmente opuesto o resuelven tomar decisiones que obstruyen seriamente el anhelado propósito de alcanzar la paz. Y no nos referimos únicamente a los declarados adversarios de la misma, el expresidente Uribe y sus seguidores del Centro Democrático, quienes después de presidir una campaña pródiga en mentiras y tergiversaciones que posibilitó una ligera mayoría al No, ahora pretenden dilatar la implementación de los acuerdos de paz por lo menos hasta cuando la próxima campaña por la presidencia de la república, en pleno desenvolvimiento, les provea mayores ventajas. Ni aludimos tampoco a las otras vertientes del No, con las cuales muy seguramente puedan resolverse mediante acuerdos razonables las diferencias que las inquietan, y que en todo caso fueron canalizadas y manipuladas por el uribismo para sus fines. Hacemos referencia precisa a la decisión del gobierno de Juan Manuel Santos de presentar al Congreso la iniciativa, tan detestada como inoportuna, de la reforma tributaria.
Con la reforma, una masiva exacción contra la abrumadora mayoría del país, el gobierno se propone, acorde con los cánones neoliberales, para compensar los ingresos públicos perdidos por la caída de los precios del crudo ─que se tasa en decenas de billones de pesos─, expoliar más los asalariados, ensanchar la población tributaria, aumentar el regresivo IVA, gravar más el consumo y mantener el aberrante régimen de irrisorios impuestos y exenciones de privilegio al grupillo de superricos de los grupos financieros y de grandes corporaciones multinacionales, especialmente las que explotan nuestros recursos del subsuelo. Se somete al país a las regresivas recetas del ajuste fiscal del FMI, que de un lado, alza las tasas de interés, congela los salarios y restringe la inversión pública precisamente cuando debía aumentarse para contrarrestar el bajón de la economía, todo para reducir el consumo de las masas y garantizar los pagos de acreedores e inversionistas del imperio y demás metrópolis dominantes. Y que ahora, de otra parte, nos expone a la ruinosa combinación de esquilmar la abrumadora mayoría de la población aumentando los viejos gravámenes indirectos, creando otros sobre más actividades de comercio y servicios de pequeños y medianos negocios, suprimiendo exenciones positivas e incrementando los impuestos directos de quienes viven de su trabajo, pero manteniendo muy a raya las cargas, como a salvo los privilegios, de la crema del capital financiero y de las empresas transnacionales. Por supuesto, ante la afugia real de las finanzas públicas, ni siquiera se considera que paguen más la bancocracia, los grandes propietarios territoriales y el capital foráneo. Sólo cuentan las viejas fórmulas coloniales en tiempos de neoliberalismo tardío, que asemejan la soberanía de países como el nuestro a un simple remedo.
El presidente de la república debe saber que esta decisión de darle curso al trámite legislativo de la reforma tributaria puede ser el palo en la rueda del proceso de paz que termine por descarrilarlo del todo. No es justo ni racional que cuando Colombia está atestando plazas y calles con el clamor juvenil de la paz, urgiendo una salida para implementar ya los acuerdos de paz, sea precisamente el gobierno quien atraviese obstáculo semejante ante su marcha. Hoy el esfuerzo de paz de más de cuatro años de negociaciones, mantenido por Gobierno y Farc con loable persistencia, se halla interrumpido por el éxito de las maniobras del uribismo en el plebiscito del 2 de octubre. La inminencia de la aprobación legislativa de la reforma tributaria bien podría equivaler a una suerte de provocación al pueblo, un detonante que facilite a los enemigos de la paz canalizar su energía en movimiento en otra dirección, o dispersarla, cuando se requiere que se concentre en urgir y presionar la salida concertada que asegure la puesta en movimiento de los acuerdos de paz. Tampoco es justo, ni practicable, que el gobierno espere que los contribuyentes del Sí, del No, y los del 62 por ciento que se abstuvieron, no protesten contra la avalancha expoliadora que se les viene encima. La persistencia del gobierno en la indeseable reforma sólo lo convertirá en blanco de justo repudio popular, y levantará injustificables obstáculos ante la consecución de la paz.
Partido del Trabajo de Colombia (PTC)
Comité Ejecutivo Central

28 de julio de 2014

DECLARACIÓN POLÍTICA ENCUENTRO NACIONAL PROGRESISTA 2014


Los asistentes al Encuentro Nacional de Progresista 2014, provenientes de todas las regiones de Colombia, reunidos en la ciudad de Bogotá el día 19 de julio de 2014, en las instalaciones de la CGT…


DECLARAN:

1. Aclamamos con un saludo fraterno, de apoyo incondicional y de reconocimiento pleno, la gestión de Gustavo Petro, al frente de la Alcaldía Mayor de Bogotá, y confirmamos el “Programa de la Bogotá Humana” como el referente nacional Progresista. Saludamos de igual forma, el triunfo del mandato ciudadano por la paz. Nos solidarizamos con la gestión del Alcalde de Magangué, Marcelo Torres.

25 de julio de 2014

Comunicado a la opinión pública

Ante las intervenciones del señor Mauricio Arroyave en distintos medios de comunicación por la no renovación de su contrato de servicios como periodista, Canal Capital aclara que tienen que ver única y exclusivamente a razones administrativas y nada relacionado con libertad de expresión. Al respecto se permite hacer las siguientes precisiones y aclaraciones:

Carta abierta de los jóvenes progresistas al frente amplio por la paz

Concluyendo la asamblea realizada en el marco del encuentro Los jóvenes ponemos las cartas sobre la mesa, convocado por las Juventudes del Movimiento Progresista, y en expresión de la postura que como Jóvenes Progresistas de diferentes regiones tenemos sobre la constitución, y el devenir del Frente Amplio Por la Paz; acordando desde la diversidad de las posturas políticas y las formas de vida, consideramos:

 Que el Frente Amplio por la Paz debe trascender la política electoral hacia un accionar conjunto con los movimientos sociales y las nuevas ciudadanías; teniendo la responsabilidad de incidir en la firma de los acuerdos que lleven a la finalización del conflicto armado lo más pronto posible, y en adelante
trabajar sobre los retos que conlleva el posconflicto.

21 de julio de 2014

Por un cese inmediato de la masacre al pueblo palestino

Declaración del Partido del Trabajo de Colombia PTC

Por un cese inmediato de la masacre al pueblo palestino               


Durante las dos últimas semanas,  el Estado de Israel ha emprendido una violenta ofensiva militar contra el pueblo palestino que habita en la Franja de Gaza, con un saldo de medio millar de muertos, entre ellos más de cincuenta niños, y miles de heridos y refugiados. A los bombardeos de los primeros días de la llamada Operación Margen Protector, siguió la invasión terrestre, con un gran despliegue de armamento de alta tecnología.

26 de mayo de 2014

Declaración del Partido del Trabajo de Colombia ante las presidenciales

Declaración

El voto eficaz de los demócratas

Ante la primera vuelta presidencial

A pocos días de una de las contiendas electorales por la presidencia de Colombia más complejas y encarnizadas de su historia, se percibe que el objetivo nacional de la hora, el acuerdo de paz que se negocia en La Habana, atraviesa un camino tortuoso y erizado de riesgos acaso insalvables. De ahí que el acuerdo firmado hace poco por el Liberalismo y varios líderes y sectores del Progresismo, merezca el respaldo de todos los demócratas colombianos. Al materializar un notable esfuerzo por indicar el rumbo correcto que permita al país salir airoso de la actual prueba, envía el mensaje de que los colombianos, por encima de las contradicciones reales y vigentes, identifican como supremo el interés por la paz y al mismo tiempo realza los logros de la Bogotá Humana.