Diálogos ‘exploratorios’ durante
más de un año fueron necesarios para hacer realidad la alianza entre el Partido
Verde y los movimientos Compromiso Ciudadano y Progresistas. Elegirán candidato
a la Presidencia por consulta.
Por: Felipe Andrés Morales
La oportunidad está
servida. El país político se encontraba encerrado en la disputa electoral entre
el presidente Juan Manuel Santos y su coalición de Unidad Nacional contra el exmandatario
Álvaro Uribe Vélez con su movimiento de Centro Democrático. Estas eran las dos
opciones para los ciudadanos en los comicios de 2014, y aunque desde hace algún
tiempo se venía hablando de la oportunidad para una tercería que hiciera
contrapeso en las urnas, todos los intentos habían fracasado hasta ahora,
cuando se logró un acuerdo entre el Partido Verde y los movimientos Compromiso
Ciudadano y Progresistas.
Una apuesta en la que todos salen ganando. El Partido Verde estaba
fraccionado e inmerso en una crisis, que sumada al fallecimiento de la senadora Gilma Jiménez —su principal
electora—, lo conducía por el camino de la desaparición no lograría superar el
umbral de 450.000 votos que exige la norma para mantener la personería
jurídica. A buena hora llegan los refuerzos políticos.
Compromiso
Ciudadano no tenía cómo participar en elecciones y su principal líder, el
gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, ya sabe lo que es un descalabro en las
urnas. Lo vivió en las presidenciales de hace tres años cuando su lista no
logró una sola curul en el Congreso y tuvo que declinar su aspiración y
convertirse en la fórmula vicepresidencial del candidato del Partido Verde,
Antanas Mockus. Ahora, con el acuerdo, están arropados bajo la personería de
esta colectividad.
Los Progresistas
también encontraron en el Partido Verde una buena sombra para continuar en la
carrera política alejados del Polo Democrático Alternativo, del que han
manifestado su disidencia. Así las cosas, con el acuerdo cerrado, aplicarán la
fórmula de “todos ponen, todos ganan”.
Las ambiciones no
son pocas, van a realizar una consulta popular para definir el candidato a la
Presidencia y por ahora suenan como candidatos el exgobernador de Nariño
Antonio Navarro y el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, quien no ve con
buenos ojos la alianza, pero está dispuesto a someterse al veredicto de las
urnas (ver entrevista página 22). La idea es que en medio del enfrentamiento
Santos-Uribe surja la alternativa Verde que, según conoció El Espectador,
cambiaría de nombre.
El camino para
lograr esta alianza política fue espinoso y el acuerdo aún no es total. Hay
ganadores y perdedores. Por ejemplo, Navarro logró la coalición por la que
venía trabajando desde que renunció a la Secretaría de Gobierno de Bogotá; los
verdes mockusianos que se habían marginado desde que Peñalosa aceptó el
respaldo de Uribe en su aspiración a la Alcaldía, lograron que el acuerdo fuera
aceptado por la colectividad luego de una votación de los directivos en la que
15 estuvieron a favor y en contra se quedó solitario el representante a la
Cámara Alfonso Prada.
Por la misma vía
Gustavo Petro, líder natural de Progresistas, encuentra cabida en esta alianza,
aunque quienes se le oponen lograron plantear que mantendrán una “independencia
deliberativa” frente a su gestión en la Alcaldía de Bogotá. Alonso Salazar,
pese a no poder aspirar a ningún cargo de elección popular, será la cabeza
visible de Compromiso Ciudadano y tendrá un papel preponderante en la
construcción del naciente proyecto político.
Entre los
perdedores está el exmandatario Uribe, de quien se dice en los mentideros
políticos contaba con Peñalosa como plan B para la disputa electoral. Con
Peñalosa se fue su principal aliado en los verdes, Alfonso Prada, quien
abiertamente ha dicho que no cabe en la misma foto con el Progresismo de Petro.
También pierde el Polo Democrático, que esperaba una agrupación política en
torno a la colectividad, así lo había planteado su presidenta Clara López
Obregón, quien invitó a una gran coalición que no sólo no se dio, sino que se consolidó
la salida del Progresismo, que en la actualidad representa la mitad de sus
senadores.
Aunque las
condiciones están dadas por la compleja situación que enfrenta el presidente
Santos, a quien su apuesta incondicional por la paz y el polvorín que se le ha
levantado en el país por las protestas sociales le han pasado una alta factura
en términos de popularidad, y la poca acogida que han tenido los candidatos del
Centro Democrático en las encuestas, es alta la deuda que tienen las
alternativas independientes con el electorado, en especial el Partido Verde,
que montado en su ‘ola’ fue la segunda votación a la Presidencia y la sorpresa
en las elecciones al Congreso, pero con el paso del tiempo asumieron
comportamientos habituales de la política y no será fácil reconstruir la
confianza.
Construcción de los
acuerdos
Paso a paso se ha venido construyendo la tercería política y aunque
parece haber llegado a buen puerto, prefiere andar con pies de plomo. En las
negociaciones han sido protagonistas, entre otros, Antonio Navarro, Alonso
Salazar, Ángela María Robledo, Antonio Sanguino
y Luis Carlos Avellaneda. El viernes
tuvieron una reunión para ultimar los detalles de la coalición en la que
participaron seis compromisarios de cada fuerza.
El compromiso es
ofrecer un modelo económico y social incluyente que garantice, con la
intervención del Estado, cerrar la brecha de ingresos y oportunidades entre los
colombianos, teniendo como ejes centrales la educación y el equilibrio
ambiental.
Los acuerdos y las
reglas para el funcionamiento se firmarán el jueves y tendrán que ser ratificados
en el congreso del Partido Verde, el 24 de septiembre, día en que oficialmente
nacerá la nueva fuerza de cara a las elecciones de 2014.
fmorales@elespectador.com
@felipeprensa
Por: Felipe Andrés Morales
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