10 de noviembre de 2016

Trump y el momento populista



Por:Pablo Iglesias Turrión.

Ha ganado un fascista. Decirlo no es banalizar el fascismo. El fascismo no es un fenómeno exclusivamente italiano y alemán de los años 30; es una forma de construir lo político. Algunos politólogos españoles trataron de delimitar el fenómeno fuera de nuestras fronteras para evitar hablar de fascismo en España. En España sólo habrían sido fascistas los camisas viejas de la minúscula Falange joseantoniana. No es cierto. El fascismo en España se construyó con los materiales ideológicos disponibles para un proyecto de masas; el catolicismo más reaccionario. Lo que algunos llamaron nacional-catolicismo es la versión española del fascismo. Y fascismo ha habido en muchos países de Europa y de América con diferentes combinaciones discursivas de patrioterismo, xenofobia, reivindicación de un pasado nacional glorioso, religión, una fraseología anti-élites, chovinismo y ningún cuestionamiento de las relaciones de propiedad. Trump es un fascista viable en los EEUU; no hace el saludo romano ni luce esvásticas, pero ha sido apoyado explícitamente por fascistas inviables, desde el Ku Klux Klan hasta varias milicias armadas americanas.

21 de octubre de 2016

18 de octubre de 2016

La reforma tributaria sabotea la paz (Declaración)



El problema principal que padece Colombia, el mismo que hoy millones de colombianos estamos empeñados en resolver, es la terminación del conflicto armado y de toda violencia. Sin embargo, como bien sabe el país, algunos proceden en sentido diametralmente opuesto o resuelven tomar decisiones que obstruyen seriamente el anhelado propósito de alcanzar la paz. Y no nos referimos únicamente a los declarados adversarios de la misma, el expresidente Uribe y sus seguidores del Centro Democrático, quienes después de presidir una campaña pródiga en mentiras y tergiversaciones que posibilitó una ligera mayoría al No, ahora pretenden dilatar la implementación de los acuerdos de paz por lo menos hasta cuando la próxima campaña por la presidencia de la república, en pleno desenvolvimiento, les provea mayores ventajas. Ni aludimos tampoco a las otras vertientes del No, con las cuales muy seguramente puedan resolverse mediante acuerdos razonables las diferencias que las inquietan, y que en todo caso fueron canalizadas y manipuladas por el uribismo para sus fines. Hacemos referencia precisa a la decisión del gobierno de Juan Manuel Santos de presentar al Congreso la iniciativa, tan detestada como inoportuna, de la reforma tributaria.
Con la reforma, una masiva exacción contra la abrumadora mayoría del país, el gobierno se propone, acorde con los cánones neoliberales, para compensar los ingresos públicos perdidos por la caída de los precios del crudo ─que se tasa en decenas de billones de pesos─, expoliar más los asalariados, ensanchar la población tributaria, aumentar el regresivo IVA, gravar más el consumo y mantener el aberrante régimen de irrisorios impuestos y exenciones de privilegio al grupillo de superricos de los grupos financieros y de grandes corporaciones multinacionales, especialmente las que explotan nuestros recursos del subsuelo. Se somete al país a las regresivas recetas del ajuste fiscal del FMI, que de un lado, alza las tasas de interés, congela los salarios y restringe la inversión pública precisamente cuando debía aumentarse para contrarrestar el bajón de la economía, todo para reducir el consumo de las masas y garantizar los pagos de acreedores e inversionistas del imperio y demás metrópolis dominantes. Y que ahora, de otra parte, nos expone a la ruinosa combinación de esquilmar la abrumadora mayoría de la población aumentando los viejos gravámenes indirectos, creando otros sobre más actividades de comercio y servicios de pequeños y medianos negocios, suprimiendo exenciones positivas e incrementando los impuestos directos de quienes viven de su trabajo, pero manteniendo muy a raya las cargas, como a salvo los privilegios, de la crema del capital financiero y de las empresas transnacionales. Por supuesto, ante la afugia real de las finanzas públicas, ni siquiera se considera que paguen más la bancocracia, los grandes propietarios territoriales y el capital foráneo. Sólo cuentan las viejas fórmulas coloniales en tiempos de neoliberalismo tardío, que asemejan la soberanía de países como el nuestro a un simple remedo.
El presidente de la república debe saber que esta decisión de darle curso al trámite legislativo de la reforma tributaria puede ser el palo en la rueda del proceso de paz que termine por descarrilarlo del todo. No es justo ni racional que cuando Colombia está atestando plazas y calles con el clamor juvenil de la paz, urgiendo una salida para implementar ya los acuerdos de paz, sea precisamente el gobierno quien atraviese obstáculo semejante ante su marcha. Hoy el esfuerzo de paz de más de cuatro años de negociaciones, mantenido por Gobierno y Farc con loable persistencia, se halla interrumpido por el éxito de las maniobras del uribismo en el plebiscito del 2 de octubre. La inminencia de la aprobación legislativa de la reforma tributaria bien podría equivaler a una suerte de provocación al pueblo, un detonante que facilite a los enemigos de la paz canalizar su energía en movimiento en otra dirección, o dispersarla, cuando se requiere que se concentre en urgir y presionar la salida concertada que asegure la puesta en movimiento de los acuerdos de paz. Tampoco es justo, ni practicable, que el gobierno espere que los contribuyentes del Sí, del No, y los del 62 por ciento que se abstuvieron, no protesten contra la avalancha expoliadora que se les viene encima. La persistencia del gobierno en la indeseable reforma sólo lo convertirá en blanco de justo repudio popular, y levantará injustificables obstáculos ante la consecución de la paz.
Partido del Trabajo de Colombia (PTC)
Comité Ejecutivo Central

15 de octubre de 2016

En Urabá sus habitantes marcharon por la paz

En Urabá sus habitantes también se unieron a quienes en el resto del país claman por que se pongan en marcha los acuerdos de La Habana. Piden que no "estorben más" a quienes se oponen a la pronta implementación de la paz.

13 de octubre de 2016

Jóvenes universitarios gritan ¡Sin violencia! a encapuchados en la UDEA.


Ante la insólita mirada de los jóvenes universitarios, quienes presenciaron la irrupción repentina de los encapuchados, lo que generó indignación, toda vez que esto perjudica la imagen de la Universidad y sobre todo de los estudiantes, algo inadmisible en esta coyuntura política ya que es la juventud la que ha marcado la pauta por el compromiso y entrega por la paz del país. ¡Sin violencia! gritaron de manera decidida y enérgica.


Blas Montoya, presidente de la subdirectiva de Ascontrol en Antioquia.

Jornada 11 de octubre 2016 en el marco de una jornada de protesta de los trabajadores de la Contraloría General de la República afiliados a Ascontrol en contra de un proyecto de Acto Legislativo que acabaría los entes de control estatal.

11 de octubre de 2016

Movimientos políticos conformaron Alianza antioqueña por la paz

Miembros de los partidos Liberal, Conservador, Alianza Verde, Polo Democrático, Marcha Patriótica, Mais, Compromiso ciudadano, entre otros, conformaron la Alianza antioqueña por la paz, para buscar que estos sectores apoyen los procesos de paz que se adelantan en Colombia.
Esta alianza busca defender los acuerdos de La Habana y saludar la instalación de la mesa de Ecuador, así como promover la creación de mesas municipales que permitan cabildos abiertos y la articulación a una paz estable y duradera.

“Es una alianza de sectores sociales que hoy se recogen entorno a la realidad de avanzar en el camino de construcción de la defensa de los acuerdos y recogernos en un mensaje y saludo en la instalación de la mesa con ELN”, manifestó Olmedo López, vocero de la nueva Alianza.
Sobre la instalación de la fase pública con el ELN el señor López comentó que: “Era algo que no se podía quedar por fuera y esos compromisos hay que adelantarlos y rodearlos, porque las paz se construye con el pueblo”.

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http://caracol.com.co/emisora/2016/10/10/medellin/1476116732_608402.html

9 de octubre de 2016

La batalla final

Por Héctor Riveros.
La Silla Vacia.

El uribismo ganó la batalla reina, le falta la batalla final. Consiguió bloquear el acuerdo al que habían llegado el gobierno y la guerrilla de las Farc para dar por terminado el conflicto, pero aún le falta hacer romper el proceso, por eso dentro de pocos días enfilará baterías para forzar el rompimiento del cese del fuego.

A los que estamos del otro lado nos quedan entonces dos tareas: mantener parada la máquina de la guerra y lograr desbloquear el acuerdo. En lenguaje futbolístico, nos ganaron el partido de ida, por uno cero y en el último minuto como lo hizo Colombia con Paraguay, pero nos ganaron. Todavía hay un partido de vuelta y ahí es posible voltear el marcador.